Una de las ventajas de vivir en Italia es, sin lugar a dudas, el poder disfrutar de mucho arte. Gracias a la región siciliana y el ayuntamiento de Milán, en Palazzo Reale y hasta el 2 de junio, puedes admirar, y no te lo pierdas si amas el arte, 19 obras del gra pintor siciliano Antonello di Messina, maestro del Renacimiento. Un pintor antiguo que se contempla con ojos de siglo XXI, donde no hay fronteras, lo antiguo es vanguardia, lo antiguo es moderno, lo antiguo es trendy. Palazzo Reale , Milano, donde estaba Picasso hace solo unos meses ahora toca el turno a un pintor cuatrocentista. Esta muestra pone de manifiesto una idea de la modernidad: que lo antiguo es contemporáneo.
El pintor nació en 1430 en la isla siciliana alejada de toda vanguardia del momento y su genialidad radicó en que superó lo presente: la técnica flamígera con su perfección y el Renacimiento italiano, con su luminosidad.
Messina es la prueba de que el arte del cuatrocento italiano es actualidad, los rostros de este pintor siciliano nos interpelan, nos hablan, expresan, son persona reales, hombre comunes con sus miradas que no nos dejan indiferentes.
Este pintor italiano del quatrocento es celebre por sus retratos de gran profundidad psicologica. Fue además el introductor de técnicas con óleo en este país. Perteneció al gremio de los artesanos, cinceladores y evolucionó hacia las bellas artes. Un artista que reúne la cultura luminística y atmosférica de los pintores flamencos con la cultura monumental perpestivística italiana.
Una de las obras que mas destaca en la exposición es L´Annunciata. Retrato de María en el momento de la anunciación, envuelta en un manto azul desde la cabeza a los pies y con comportamiento solemne. No está representado ningún ángel, es por ello por lo que no es una anuncacion cualquiera sino La Anunciada. Una mujer de un rostro y una serenidad admirables, con una mirada cargada de contenido, como son todos los retratos de Messina. Las manos son una parte muy expresiva del lienzo, una mano cierra el manto figurando el pudor y la otra mano avanza despacio como diciéndole al ángel que ha entendido lo que le está anunciando. El mensaje del ángel está interiorizado y la Virgen tiene la mirada perdida en un punto fijo. Es este cuadro el paradigma de la Devozio moderna: silencio, recogimiento y contemplación. Esta devoción quería comunicar con la divinidad de forma directa y patética, con pasión. Los Cristos de Antonello de Messina (por ejemplo el Ecce Homo) son de una fuerza interpeladora.
Jesús tiene una gran carga psicológica en el rostro doliente, está triste y llora y derrama lágrimas transparentes. Unas lágrima que brillan, técnica que cogió de la pintura al olio del mundo nórdico.
Sin duda son los detalles de objetos transparentes lo que mas me han llamado poderosamente la atención. Pintar el transparente de esa forma tan sublime y el poder contemplarlo se convierte en una experiencia inolvidable que colma la sensibilidad del expectador. Los rojos, los azules, las tranparencias, serían una de las tantas razones para adentrarse en las maravillosas salas de Palazzo Reale. Date un lujo.
Publicado abril 2019
Miriam La Fuente
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